Album: THE EPIGENESIS
Estilo: Black/Death/Middle Eastern
Sello: Nuclear Blast Records
Fecha de lanzamiento: 1 de Octubre de 2010
Nota: 9/10
Los corsarios del metal procedentes de oriente, editaron ya hace un tiempo su nueva obra de estudio bajo el nombre de “The Epigenesis”. Un título rebuscado para una banda como MELECHESH que no se anda con chiquitas ni mucho menos. MELECHESH siempre lleva su sonido a los extremos más insospechados. Bajo un estandarte de sonidos arabescos, orientales, con cierto aire folk y unas vestiduras más propias del black metal, nos adentramos en un laberinto sin fin a través de un recorrido donde veremos más de cerca la cultura e historia Mesopotámica, junto a la mitología sumeria.
Monumentos, columnas, civilizaciones antiguas, un dramaturgo lírico y musical que desconoce límites y que tiene como base principal el heavy metal junto a los sonidos más variopintos, ecuestres que alguien puede encontrar hoy día en una banda de estas características. Tan sólo existe una de esas formaciones capaz de otorgar a su música ese sentimiento genuino de su tierra, hablo de ORPHANED LAND. MELECHESH es de las pocas bandas que sigue de cerca esa evolución y es capaz de otorgar al estilo, un cambio estilístico en todos los sentidos.
Ataviados con los trajes típicos de la zona, nos adentramos por las fauces del desierto en busca de uno de los primeros cortes del disco, “Ghouls of Nineveh”, que mejor que aprender de esta cultura, viviendo de cerca cada escena, cada situación que nos brinda la historia, en este track MELECHESH nos quema con unos acordes de guitarra secos, y una voz rajada, un tema que me derribó con esa sucesión de riffs junto a la voz entrecortada raspando la presencia de una fuerza espectral tal y como se describe en la canción.
Definitivamente uno puede escuchar con total predilección un álbum que va ganando con cada escucha. El medio oriente saborea la música con un don exquisito, evidenciando los lugares más inhóspitos y lúgubres a través de unas melodías que resuman antigüedad por todos sus poros, la gran belleza de “Grand Gathas of Baal Sin” avanza con una fuerza de black metal implacable atravesando ciénagas y ruinas llenas de arena; la combinación de riffs clásicos es mortífera en un tema donde se habla de magia, espíritus bajo la mirada de Asur (Dios de dioses, hijo de la caza y de la guerra). Un estribillo que marca la profundidad de la canción, poniendo el punto y final, con unos tambores ligados a la voz y un zarandeo instrumental típico de la zona.
Seguimos nuestro camino, “Sacred Geometry”, las geometrías sagradas como su título indica hacen memoria de ese reino perdido y glorioso lleno de dicha, magnificado por la longevidad de sus estandartes históricos, una composición lenta con un atavío de guitarras armonizadas y unos riffs fantásticos, con unos cambios en su tesitura, magistrales. Uno de los cortes que más me han gustado, “The Magickan And The Drones” nos sumerge en la antigüedad más absoluta de manos de un rasgueo instrumental diferente, dibujándonos un paisaje desértico con unos juegos de guitarras entrecortados y ese típico dote armónico, originario de la zona de oriente. Un tema con una vidilla esencial para descubrir el camino de los dioses. (Es una pena, pero algunos cortes tienen partes cantadas en su idioma natal, y no se entiende muy bien la historia) Indistintamente, el trabajo compositivo y de letras es sobresaliente.
Llegados a este punto, hacemos acopio de la visualización que se pone ante nuestros ojos, los leones de arena dibujan un código revestido en una columna de oro; “Mystics Of The Pillar”, los pilares brillantes se dibujan por medio de un juego de guitarras atemporal y sustancioso con muchos esquemas diferentes, un alardeo instrumental de quitarse el sombrero, Ashmedi y Moloch, son dos de los principales genios de este sonido; la percusión de Xul no se queda atrás. Por fin algo de tranquilidad, con un toque hindú avanzamos por el sendero de “When Halos of Candles Collide” la traducción viene a significar algo así como “Cuando chocan los halos de las velas”; ante este plantel nos imaginamos el interior oscuro y somnoliento de una tumba, habitado únicamente por las paredes comidas de arenilla seca y la iluminación atemporal de unas velas roídas a destiempo. Un corte oscuro e instrumental que viene perfecto para desenmarañar los misterios ocultos de la tapa principal de este trabajo.
La oscuridad desaparece ante la iluminación del siguiente corte, “Defeating the Giants”, la derrota de los gigantes, el título lo dice todo, rápido, contundente y directo. “Illumination – The Face of Shamash” la letra viene a ser un canto para sentirse libre con ese Dios; la esperanza de conseguir ese más allá tan rebuscado tras años y años de esclavitud. La parte musical sigue un sendero parecido a los cortes anteriores, sin demasiados cambios compositivos y con alguna dote progresiva. La parte más brutal del disco llega con “Negative Theology”, liberando unos gorgoteos ante un sonido ramificado por infinidad de punteos, junto a un redoble sistemático y muy grave.
Otra de las composiciones más épicas del álbum “The Greater Chain of Being” también instrumental, agudiza su ingenio con una cantidad impoluta de honores, estandartes y arpegios sonoros donde por primera vez las voces femeninas hacen aparición a modo de susurro. Un track con cierto aire septentrional llevado por un juego de percusión destacable. El final llega de la mano de “The Epigenesis”, 12 minutos de vanguardia para disfrutar a conciencia. Sabiendo un mínimo de griego (las reglas etimológicas bastarán), deducimos que la palabra alude a la formación o desarrollo de algo en relación a lo que le rodea. Metáforas y belleza se dan cabida en un corte implacable lleno de perfección; una producción vasta que cuida hasta el más mínimo detalle las composiciones de este trabajo, finalmente Israel existe, y gracias a ella, bandas como MELECHESH están ahí para decirnos que la historia también se puede disfrutar a través de la música.
Monumentos, columnas, civilizaciones antiguas, un dramaturgo lírico y musical que desconoce límites y que tiene como base principal el heavy metal junto a los sonidos más variopintos, ecuestres que alguien puede encontrar hoy día en una banda de estas características. Tan sólo existe una de esas formaciones capaz de otorgar a su música ese sentimiento genuino de su tierra, hablo de ORPHANED LAND. MELECHESH es de las pocas bandas que sigue de cerca esa evolución y es capaz de otorgar al estilo, un cambio estilístico en todos los sentidos.
Ataviados con los trajes típicos de la zona, nos adentramos por las fauces del desierto en busca de uno de los primeros cortes del disco, “Ghouls of Nineveh”, que mejor que aprender de esta cultura, viviendo de cerca cada escena, cada situación que nos brinda la historia, en este track MELECHESH nos quema con unos acordes de guitarra secos, y una voz rajada, un tema que me derribó con esa sucesión de riffs junto a la voz entrecortada raspando la presencia de una fuerza espectral tal y como se describe en la canción.
Definitivamente uno puede escuchar con total predilección un álbum que va ganando con cada escucha. El medio oriente saborea la música con un don exquisito, evidenciando los lugares más inhóspitos y lúgubres a través de unas melodías que resuman antigüedad por todos sus poros, la gran belleza de “Grand Gathas of Baal Sin” avanza con una fuerza de black metal implacable atravesando ciénagas y ruinas llenas de arena; la combinación de riffs clásicos es mortífera en un tema donde se habla de magia, espíritus bajo la mirada de Asur (Dios de dioses, hijo de la caza y de la guerra). Un estribillo que marca la profundidad de la canción, poniendo el punto y final, con unos tambores ligados a la voz y un zarandeo instrumental típico de la zona.
Seguimos nuestro camino, “Sacred Geometry”, las geometrías sagradas como su título indica hacen memoria de ese reino perdido y glorioso lleno de dicha, magnificado por la longevidad de sus estandartes históricos, una composición lenta con un atavío de guitarras armonizadas y unos riffs fantásticos, con unos cambios en su tesitura, magistrales. Uno de los cortes que más me han gustado, “The Magickan And The Drones” nos sumerge en la antigüedad más absoluta de manos de un rasgueo instrumental diferente, dibujándonos un paisaje desértico con unos juegos de guitarras entrecortados y ese típico dote armónico, originario de la zona de oriente. Un tema con una vidilla esencial para descubrir el camino de los dioses. (Es una pena, pero algunos cortes tienen partes cantadas en su idioma natal, y no se entiende muy bien la historia) Indistintamente, el trabajo compositivo y de letras es sobresaliente.
Llegados a este punto, hacemos acopio de la visualización que se pone ante nuestros ojos, los leones de arena dibujan un código revestido en una columna de oro; “Mystics Of The Pillar”, los pilares brillantes se dibujan por medio de un juego de guitarras atemporal y sustancioso con muchos esquemas diferentes, un alardeo instrumental de quitarse el sombrero, Ashmedi y Moloch, son dos de los principales genios de este sonido; la percusión de Xul no se queda atrás. Por fin algo de tranquilidad, con un toque hindú avanzamos por el sendero de “When Halos of Candles Collide” la traducción viene a significar algo así como “Cuando chocan los halos de las velas”; ante este plantel nos imaginamos el interior oscuro y somnoliento de una tumba, habitado únicamente por las paredes comidas de arenilla seca y la iluminación atemporal de unas velas roídas a destiempo. Un corte oscuro e instrumental que viene perfecto para desenmarañar los misterios ocultos de la tapa principal de este trabajo.
La oscuridad desaparece ante la iluminación del siguiente corte, “Defeating the Giants”, la derrota de los gigantes, el título lo dice todo, rápido, contundente y directo. “Illumination – The Face of Shamash” la letra viene a ser un canto para sentirse libre con ese Dios; la esperanza de conseguir ese más allá tan rebuscado tras años y años de esclavitud. La parte musical sigue un sendero parecido a los cortes anteriores, sin demasiados cambios compositivos y con alguna dote progresiva. La parte más brutal del disco llega con “Negative Theology”, liberando unos gorgoteos ante un sonido ramificado por infinidad de punteos, junto a un redoble sistemático y muy grave.
Otra de las composiciones más épicas del álbum “The Greater Chain of Being” también instrumental, agudiza su ingenio con una cantidad impoluta de honores, estandartes y arpegios sonoros donde por primera vez las voces femeninas hacen aparición a modo de susurro. Un track con cierto aire septentrional llevado por un juego de percusión destacable. El final llega de la mano de “The Epigenesis”, 12 minutos de vanguardia para disfrutar a conciencia. Sabiendo un mínimo de griego (las reglas etimológicas bastarán), deducimos que la palabra alude a la formación o desarrollo de algo en relación a lo que le rodea. Metáforas y belleza se dan cabida en un corte implacable lleno de perfección; una producción vasta que cuida hasta el más mínimo detalle las composiciones de este trabajo, finalmente Israel existe, y gracias a ella, bandas como MELECHESH están ahí para decirnos que la historia también se puede disfrutar a través de la música.
Reseña realizada por Francisco Javier Román para TRUENO METÁLICO.
Nota: He decidido incluir en este blog a partir de ahora, algunas de las reseñas que he hecho para mi webzine de rock y metal TRUENO METÁLICO, para que descubran otra de mis facetas. Un saludo.